Hace pocos días estuve viendo en casa una película titulada “Miracle”, os aconsejo que si podéis haceros con ella la veáis. Tiene momentos muy interesantes, tanto para entrenadores, como para jugadoras.
“Miracle” es la fabulosa historia de un equipo que superó los límites del deporte y consiguió unir a una nación y devolverle la esperanza. Esta película está inspirada en la historia real de uno de los momentos más grandes de la historia moderna. En 1980, el entrenador de la selección de hockey sobre hielo de los Estados Unidos, Herb Brooks, llevó a un grupo de mocosos universitarios a los Juegos Olímpicos para enfrentarse a la todopoderosa selección de la Unión Soviética. Había una diferencia enorme entre ambas selecciones, pero la de los Estados Unidos estaba imbuida del orgullo de una nación que estaba deseando distraerse de la situación que se vivía en el mundo en aquella época. Con el mundo entero observando, el equipo supo estar a la altura y lanzó la pregunta a los millones de espectadores que iban a ver el partido desde sus casas: «¿Creen en los milagros? ¡Sí!»
Al final de la película, viendo el trabajo del seleccionador de EEUU, me vinieron a la cabeza imágenes, momentos, frases… y por encima de todo me vino una pregunta: ¿Qué es ser Entrenador o Seleccionador como es el caso de la película?
Soy de los que creen que “Entrenar es un arte”. Es innovar frente a estancarse y jugar al nivel de los genios en el trabajo que haces, requiere habilidad, requiere repetición, y requiere devoción. Para ser entrenador hay que volcar el corazón y el alma en tu equipo, en las jugadoras. Es hacer un trabajo excepcional. El objetivo es ser único en tu trabajo.
No se entrena sólo por fama, ni por poder. Incluso no se entrena sólo por el dinero, ni por los aplausos. Cuando uno es entrenador lo hace para entrenar a lo grande, por las recompensas interiores que uno recibe de un trabajo realizado de manera brillante. Un trabajo que se convierte en un arte.
Ser entrenador no tiene nada que ver con un título en la pared, o lo importante que es el equipo ha quien lideras. Ser entrenador de un equipo, de una selección, no va de cuánto ganas o del equipo o selección que entrenas. Es otra cosa, es algo que muchos creen saber y que muy pocos llegan a comprender. En fútbol…“Guardiola, Mourinho, Wenger, Joachim Low, Marcelo Bielsa, Del Bosque….” En baloncesto: “John Wodden, Phil Jackson, Pat Riley… En Fútbol Sala hace pocos días ha salido un libro “Los campeones de Guatemala” , que contra todo pronóstico también ganaron el primer mundial, liderados por Javier Lozano”.
El punto de unión de todos estos técnicos, no es la forma de jugar de sus equipos, ni la forma de dirigir, o la forma de entrenar, no; Lo que les une a todos es el respeto por sus jugadores, su palabra, su ética, su honestidad, su amor por su trabajo, en definitiva, el cariño y respeto por los jugadores que dirigen. Miran a la cara, de frente y nunca a la espalda. Estos técnicos nunca traicionarían a sus jugadores. Son únicos en su trabajo.
En definitiva, ser entrenador es tomar la responsabilidad completa de lograr el crecimiento y el bienestar de tu equipo, de tu gente. Ser entrenador no va de poder o estatus y por desgracia en demasiados casos tampoco es cuestión de cargo o de título.