Emanuel Santoro (Buenos Aires, 1986) ya ejerce como uno más en el entramado técnico del Córdoba Patrimonio de la Humanidad. El argentino ha aterrizado recientemente desde tierras sudamericanas para convertirse en el segundo entrenador del conjunto blanquiverde. Apasionado y estudioso del Fútbol Sala, pasó anteriormente por el Club Atlético Banfield, Kimberley AC y Gimnasia y Esgrima La Plata, así como por las selecciones sub-14 y sub-16 albicelestes.
Su incorporación a la entidad ribereña, y según sus primeras declaraciones como cordobesista a los medios oficiales del club, se fraguó “gracias a la buena relación con Josan González, a quien conocí en una visita a Murcia en 2019. A partir de ahí mantuvimos un vínculo en la distancia, comenzando a compartir con frecuencia charlas sobre nuestro modo de trabajar. Tras la salida de Fernando Tienda surgió la posibilidad de incorporarme en esa figura de segundo entrenador. José García Román contactó conmigo y rápidamente llegamos a un acuerdo para sumarme al ilusionante proyecto”.
El preparador bonaerense aseguró que viene a la capital cordobesa a “acoplarme al excelente trabajo que se viene realizando en el club a nivel general en todos sus departamentos. Intentaré aportar mi granito de arena para que la entidad siga creciendo. En lo personal, me gusta abordar cada detalle en la planificación, análisis de videos, elaboración de scoutings… En definitiva, darle al jugador todas las herramientas que permitan al equipo alcanzar los objetivos. Sin duda, creo que Córdoba es el lugar idóneo. Nuestras formas de trabajar serán 100 % compatibles. Para mí, esta aventura supone un verdadero desafío profesional”.
Santoro se mostraba “entusiasmado con poder competir en la mejor Liga del mundo. Vengo formándome y preparándome desde hace muchos años para que esta oportunidad llegara. Considero que era el momento indicado de dar el salto al Viejo Continente. Estoy enormemente agradecido. Solo espero dar lo mejor de mí para estar a la altura y sumar al plantel. Me siento identificado con el modelo de juego y la personalidad que plasma el Córdoba Patrimonio de la Humanidad en el 40 x 20. Además, me parece muy interesante la labor que se viene realizando en la base para seguir formando y potenciando al jugador cordobés”.
Por último, el argentino no quiso dejar pasar la oportunidad para valorar su primer contacto con Córdoba, sobre la que decía “no tener palabras para definirla. Hace apenas unos días que he aterrizado y, realmente, estoy en un auténtico paraíso. Estoy en disposición de afirmar que es una de las ciudades más lindas que he conocido y será un lujo poder vivir aquí. La calidad humana de cada persona con la que me ha tocado tratar, un auténtico regalo. Además, tengo bien claro que la ciudad respira Fútbol Sala. La afición va a seguir siendo un jugador más en pista. Estoy seguro de que Vista Alegre se convertirá en esa caldera que nos empuje hacia los objetivos. Será una hermosa responsabilidad darlo todo semana a semana para devolver ese apoyo”.