¡QUE DIFICIL ES SER ENTRENADOR! Por Juan Carlos Gálvez Arniz.

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¡QUE DIFICIL ES SER ENTRENADOR! Por Juan Carlos Gálvez Arniz.

Autor: |15/07/2010|Categoria: Artículos de opinión, Magazine|

Si buscamos en un diccionario el significado de la palabra » Entrenador», nos dice: “Persona cuyo oficio o afición consiste, en preparar y adiestrar a personas o animales, generalmente para la práctica de un deporte o habilidad”. Está claro que, en nuestro caso, es preparar a deportistas, es decir, a jugadores de Fútbol-Sala.

Dentro de la palabra «preparación», englobamos todas las materias que se enseñan en los cursos de entrenadores; psicología, técnica, táctica, reglas de juego, preparación física, etc. Hasta este momento, todo es sencillo o puede parecerlo. Pero parece que algo falla, porque después de nuestra formación teórica, la gran mayoría con sus títulos correspondientes, muchos instructores llegan a los banquillos con la idea de que son entrenadores profesionales de élite, donde sólo valen las victorias, da igual la categoría en la que estemos y, a veces, hasta la forma de conseguirla.

A lo largo de mi carrera, he pasado por bastantes equipos y he tenido que afrontar objetivos diferentes: conseguir el ascenso, mantener la categoría, sacar a un conjunto de los últimos lugares…Todos estos objetivos y las características de los jugadores te hacen planificar de una forma u otra tu sistema de juego, tus sesiones de entrenamiento, las maneras de motivar al grupo e incluso hasta la dirección de los encuentros.

Siempre he detectado un gran déficit en la formación y, de hecho, casi me ha alejado de ver encuentros de fútbol-sala en las categorías de base, porque se aleja mucho del concepto que tengo de ella. Está claro que un Entrenador siempre debe estar formando, sea cual sea su objetivo, pero depende en qué lugar pongamos ese término para ver su importancia. Si es el deporte profesional, seguro que, para salvar el puesto, un entrenador mirará primero por los resultados y luego la formación. Una gran mentira es creer que un jugador profesional ya está formado, en este deporte, hasta el último día debes seguir aprendiendo. Para muchos jugadores llegar a esas categorías significa creer que lo saben todo, y muchos entrenadores piensan que el jugador que llega a esos niveles, ya ha adquirido esos conceptos. A veces nos encontramos jugadores profesionales en una etapa de formación en muchos conceptos, y no le trabajamos esas carencias, y otras veces olvidamos el perfeccionamiento, esto es, aprender hasta el último día. No sé si mis criterios e ideas son acertados, si pienso de forma diferente, o si hay entrenadores que se identifican con el trabajo de formador.

Puedo contar mi experiencia, que, a lo mejor, puede servir para otros compañeros. Hace dos años, el club que entrenaba, debido a la situación económica que atravesaba, cambió los objetivos principales. Ahora se buscaba la formación integral del jugador, para que pueda salir en las mejores condiciones de Cádiz. Los entrenadores, en mi modesta opinión, debemos ser un eslabón más del club donde trabajamos y no el protagonista de todo lo que ocurre, por lo tanto, hubo que cambiar muchos conceptos para la realización y consecución de esos objetivos: era un entrenador-formador y no lo contrario. La tarea era bonita y atractiva. Que bien suena «formar», pero, por lo que veo, qué difícil es llevarlo a cabo. Basándonos en que todo deportista debe aspirar a prepararse para dar lo mejor de él y conseguir vencer a un contrario, es cierto que como entrenador tienes que buscar caminos diferentes para conseguirlo.

Estas son algunas decisiones que tomamos:

  1. Programar la temporada. Huí de plantear un sistema específico para ataque y defensa. El trabajo estuvo basado en buscar la suma de conceptos básicos, estableciendo un orden y normas en el juego, tanto de ataque como de defensa. Si estamos formando, el jugador debe adquirir un gran abanico de conceptos. En defensa, incidimos en la responsabilidad, primero individual y luego colectiva. Para ello, la individual es la que practicamos, sumándole todos los principios técnicos y tácticos defensivos (repliegues, ayudas, permutas, entradas…). estoy seguro que si manejaban bien estos principios, después se adaptarían a cualquier sistema defensivo. Entre las normas defensivas hacemos hincapié en la distancia con el balón, que siempre esté presionado, conocer e intentar apoderarse del balón cuando el contrario utilice la pierna menos hábil, temporizar cuando el jugador tiene el balón controlado, etc. No quiero decir con esto, que no se vean otros tipos de defensa, pues siempre se intentaba enriquecer al jugador haciéndole que conozca lo máximo posible. En ataque, utilizamos los principios técnicos y tácticos ofensivos y normas encaminadas sobre todo a dar velocidad y precisión al balón, que es la regla de oro de nuestro deporte. Jugar a dos toques, responsabilidad al poseedor del balón, nunca se la juega el último hombre, jugar sin balón para crear, ocupar y aprovechar los espacios libres, finalizar y llegar al segundo palo, buscar transiciones rápidas, etc. Siempre había que tener presente que no podíamos coartar la creatividad de los jugadores.
  1. Educación deportiva. Si estábamos formando, no puede faltar algo que considero primordial para ir creciendo, como es la reflexión de lo que ocurre: hablar del trabajo que íbamos a realizar, y que hemos realizado en los entrenamientos, sacar conclusiones de los encuentros, (no todo está bien cuando se gana, ni todo está mal cuando se pierde), corregir comportamientos, (el jugador tiene que saber que trabaja en un deporte colectivo y pensar primero en el equipo y luego en él), saber ganar y perder, respetar al contrario y colectivo arbitral, dar la imagen que se corresponde con el club y la ciudad que representa e incluso saber tratar con la prensa, (los medios de comunicación son importantes), un jugador debe saber desenvolverse en estas situaciones.
  1. Dirección del encuentro. Aquí también cambiamos la dinámica habitual. Todos los que iban a la convocatoria (por supuesto se lo debían de ganar durante la semana), jugaban en el partido. El jugador se forma participando y no viendo el partido desde el banquillo. Así que los porteros juegan medio tiempo cada uno y los jugadores de pista tienen sus minutos. Nuestra labor era observar cómo se desarrollaba el encuentro, lectura del partido y estudiar cuando era el mejor momento para que jugase esos minutos y tuviese un mayor rendimiento por sus cualidades como jugador. Dábamos a todos minutos de responsabilidad y no los de la basura. Esto podía acarrear pérdida de puntos, de encuentros….pero ese precio había que pagarlo a cambio de la formación, y creo que para los jugadores, en un futuro estaría bien realizado ese desembolso.
  1. Educar en la seriedad, compromiso e ilusión. Si hablamos de formación y educación, no sólo en el ámbito deportivo, sino también en lo personal, nosotros en muchos aspectos del deporte y porqué no de la vida, podemos y debemos ser su espejo. Si todos esos conceptos y comportamientos e ideas, no las transmitíamos difícilmente las llevarían a la práctica, (por ejemplo, no podíamos hablar de juego limpio y respeto a los árbitros y que el entrenador estuviese expulsado todos los encuentros). Todo lo que queríamos que se integrase en la persona y jugador, debía verse en el Cuerpo Técnico en todos los momentos de la temporada. Seguramente perderíamos muchos encuentros, no seríamos protagonistas porque nuestro equipo ganase todos los partidos, incluso podíamos perder credibilidad para muchas personas que creen que la victoria es lo único que te hace ser mejor que el otro, probablemente lo aprovecharían muchos detractores para torpedear nuestro trabajo y poner en duda tus conocimientos.

Por eso digo: ¡ Qué difícil es ser entrenador-formador en cualquier categoría, más complicado ser formador-entrenador en las categorías de base, pero en mi caso no lo cambio, por lo gratificante que ha sido, ver como muchos jugadores se han hecho grandes deportistas, mejores personas y han llegado a cumplir su sueño!.

¡Ojala algún día, en las categorías de base, en equipos que pretenden la formación de jugadores, se pudiese ver mucho más estos conceptos, porque un buen trabajo en el presente, nos llevará sin dudas, a un gran futuro! Juan Carlos Gálvez Arniz. Entrenador II Nivel de Fútbol Sala. Cádiz.

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