El entrenador no es un jugador de ajedrez, nosotros no gestionamos piezas de un tablero sino personas y tenemos que conseguir que todos veamos el juego de la misma manera. Para mí, hay dos cosas importantes en mi trabajo: una, lograr que los jugadores jueguen de manera natural, sin pensar demasiado, como un equipo. La segunda, que el jugador aprenda a asumir la responsabilidad.
En el 2007 me hicieron una entrevista donde destacaba la necesidad de “tener jugadores que pudieran jugar en varios puestos. Eso da versatilidad y reduce el riesgo cuando hay lesiones. Después, los sistemas cambian. Busco lo que más favorece al talento de los jugadores, siempre que ellos defiendan y no sean egoístas en ataque. La decisión entraña una gran dificultad, y tener la cintura intelectual para renunciar a determinadas creencias técnicas por no tener los jugadores para llevarlas a buen fin”.
Hoy en día, la calidad individual de los jugadores, la preparación física, técnica y táctica, además de los medios de trabajo son muy parejos. Por tanto debemos convencernos que la capacidad de trabajar y competir en equipo, potencia el rendimiento colectivo. Es obvio que para sacar el máximo rendimiento de un grupo humano, con costumbres, valores, creencias y culturas diferentes, hay que tener en cuenta los aspectos emocionales de los individuos que lo forman y del propio grupo.
Por otro lado entiendo, que el verdadero objetivo del entrenador es conseguir que el jugador aprenda los conceptos y averigüe las soluciones sin decírselo de una forma directa, sino que los haga llegar a través de actividades, ejercicios o prácticas del entrenamiento. Y el cómo evaluar los errores y triunfos son también elementos imprescindibles para conseguir el máximo rendimiento.
Por resumir el fútbol sala de alto nivel de competición debe pretender:
- Jugadores con capacidades especiales y diferenciadas que se complementen.
- Juego atlético, realizado con velocidad, activo, con entrega física total, dinámico y ofensivo. Basado en una profunda preparación física. Preparación apropiada de las exigencias de la participación en las Competiciones actuales. La preparación atlética asegura las posibilidades de desarrollar el juego con el espíritu de una concepción moderna, valorándose unas cualidades morales y de voluntad, necesarias para el éxito deportivo y el rendimiento individual (coraje, voluntad, firmeza, combatividad, decisión, etc.).
- Jugadores que puedan participar con facilidad en todas las fases del juego, capaces de desarrollar acciones basadas en ideas homogéneas y entrenadas en acciones colectivas.
- Lucha por imponer el propio ritmo y tiempo de juego (posesión del balón). El ritmo vivo (intensidad del juego) durante toda la duración del partido debe constituir la característica principal de la concepción de juego tanto en defensa como en ataque.
- Se actuara con rapidez y perseverancia sobre el contraataque sostenido, tanto para intentar finalizar en superioridad (numérica y espacial), como también obligar al equipo contrario repetidamente a un repliegue en velocidad, se persigue de esta modo, hostigar al adversario, para facilitar la obtención de la victoria final.
- En partidos con grandes equipos, se debe simplificarla construcción del ataque posicional (ataque en sistema). Esta simplificación de la organización mas racional del juego, tiene como base el incrementar la distancia desde donde se inicia el ataque, ampliando el espacio para preparar y finalizar el ataque.
- Así mismo se debe jugar bajo estructuras estables, con un juego de ataque acoplado de los jugadores que realizan acciones estandarizadas, sobre todo en la fase de finalización de ataque. Mediante los movimientos tácticos del equipo se pretende no solamente en principio la obtención de la superioridad numérica(ref. en apoyos al balón), sino la ventaja posicional y en estas condiciones, el marcar el gol en situaciones de juego de 1×1 o 1xP.
- En este sentido se debe destacar y valorar la acción del 1×1, ello como la suma de los componentes técnicos, tácticos (individuales, físicos, psíquicos) son suficientes para que constituyan un objetivo esencial en el Fútbol-sala.
- Cada equipo deberá crear un cuadro para valorar las cualidades de los jugadores de más calidad, con vistas a desarrollar las acciones individuales tanto en ataque, como en defensa que serán determinantes.
- Los cambios de ritmo en ataque deberán ser utilizados, no como elemento de fase final, de la idea de mantener un ritmo sostenido, a lo largo de todo el transcurso del juego, sino como un medio eficaz, de sorprender con éxito las acciones de finalización o como un corto momento de organizar el propio dispositivo de ataque frente a una defensa organizada.
- Con objeto de desarrollar las acciones de ataque con un máximo de velocidad, se requiere que los jugadores dispongan de un gran nivel técnico, en lo que se refiere al pasey chut a puerta, para que la preocupación por encontrar las mas adecuadas soluciones tácticas no sean limitadas por el manejo del balón.
- Recalcar también como en otras ocasiones que la preparación técnica debe perfeccionarse en el contexto de unos ejercicios complejos, que coloquen a los jugadores en las condiciones más apropiadas del juego, que le formen aprendizajes correctos sobre la utilización de los procedimientos técnicos, en función de la situación táctica.
- Resaltar la importancia del carácter homogéneo de los jugadores en defensa, mediante combinaciones de sistemas defensivos, de acciones de anticipación, así como la utilización de técnicas de anulación de jugadores atacantes de gran nivel.
- Despertar el interés moral, psíquico, etc., de todos los componentes del equipo, resolviéndolos en la totalidad.
“Es importante que cada equipo trate de practicar un juego simple como eficaz, explotando al máximo la calidad de los jugadores, su personalidad y la del entrenador respectivo, el cual debe poner el sello sobre el estilo de juego del equipo”.