“La capacidad de percibir o pensar de manera diferente es más importante que el conocimiento adquirido”. David Bohm
Un aspecto trascendente para la mejora de la continuidad en el juego posicional ofensivo es el de la mejora de la captación y tratamiento de la información durante la competición. Me refiero a la “captación y tratamiento de información” de forma intencionada, pues aunque estamos acostumbrados a hablar por una parte de percepción y, por otra, de los aspectos cognitivos, en la realidad son cuestiones que están íntimamente relacionadas. Se percibe desde el conocimiento.
No hay percepción sin estímulo, pero el estímulo no determina por completo la percepción. No captamos los estímulos de una forma neutra, simultáneamente a los datos captados se les da un significado; pasamos lo visto por el tamiz de lo sabido. Nuestros proyectos dirigen nuestros sentidos, verdaderamente lo que hacemos es someter a la realidad a una entrevista; no somos responsables de las contestaciones que nos da, pero de la inteligencia de nuestras preguntas depende el interés de las respuestas. Mejorar la capacidad perceptiva está relacionado con “enseñar a preguntar” y se pregunta desde el conocimiento y las propias intenciones.
No se trata de que los jugadores adquieran un gran volumen de conocimientos; mucho mas importante que esto es proporcionarles información estructurada de forma lógicapara que puedan relacionarla y utilizarla ágilmente.
A veces, los jugadores poseen mucha información pero grandes dificultades para manejarla. El futsal, como la totalidad de los deportes colectivos, es un juego sencillo, las dificultades cognitivas están al alcance de la comprensión de cualquier persona normal, pero requiere en gran número de ocasiones respuestas muy rápidas, en situaciones muy abiertas, en las que influyen gran cantidad de factores y se admiten múltiples soluciones.
En estas condiciones, la eficacia de la respuesta no esta relacionada solamente con la capacidad cognitiva del individuo, sino con la facilidad para responder en el “tiempo útil“. Podíamos decir que tan importante es enseñar a responder bien como a actuar con rapidez.
El problema es que la tendencia a anteponer el juego reflexivo, basado solamente en la información que el jugador controla conscientemente, inhibe el tratamiento global de la información que llega al cerebro, que es mucho más extensa, y prioriza formas de actuación que, en ocasiones, son excesivamente lentas.
No se debe confundir inteligencia con tratamiento consciente de la información.
Hay muchos procesos inteligentes que no son totalmente conscientes e incluso otros que son totalmente inconscientes. Este tipo de procesos, que no tienen la precisión de los realizados conscientemente, se adapta bien a las exigencias de muchas situaciones y tienen la ventaja de la velocidad de respuesta y de la mayor cantidad de información tenida en cuenta.
La mayoría de las acciones con balón no se alargan por problemas exclusivamente técnicos, la raíz del problema suele ser de carácter perceptivo.
Hablando de una forma coloquial, resumiría todo esto diciendo que no se debe anteponer la inteligencia reflexiva a la inteligencia intuitiva, cada una debe tener su lugar en el juego y el entrenamiento debe estar dirigido por este propósito.
El trabajo técnico será inútil si no lo acompañamos del correspondiente entrenamiento de mejora de la captación y tratamiento de la información en el juego.
En consecuencia, el entrenamiento para la mejora perceptiva debe buscar los objetivos siguientes:
§ Ampliación del campo visual, tanto en amplitud (anchura) como en profundidad.-
§ Disminución del tiempo para la toma de decisiones.
§ Desarrollo del tratamiento global de la información.
§ Desarrollo de la atención selectiva.
§ Desarrollo de la anticipación perceptiva (capacidad de anticipar la actuación basándose en indicios.)
La organización del trabajo durante el entrenamiento debe inspirarse en los criterios que enumeramos a continuación:
1. Planteamiento de situaciones amplias, en las que intervengan un número suficiente de jugadores y se desarrollen en zonas extensas de la cancha de juego.
2. Aumento artificial del número de estímulos presentes en las situaciones de entrenamiento (más balones, elementos no habituales, desigualdad en el número de atacantes y defensores, etc.)
3. No aumentar nunca artificialmente el tiempo de toma de decisión.
4. Reducción progresiva del tiempo de decisión con normas cada vez más restrictivas, (disminución del tiempo de posesión de balón, límite del número de toques, restricción de la conducción del balón, etc.)
5. Evitar los planteamientos reflexivos en el mismo momento de la actuación del jugador. La orientación verbal durante la actuación inhibe el tratamiento global de la información en beneficio del tratamiento analítico. Las reflexiones deben hacerse en pausas o momentos alejados de la práctica.
6. Organización de situaciones de entrenamiento abiertas, con soluciones no predeterminadas. Las situaciones deben abrirse igualmente, de forma progresiva, según aumenta la capacidad perceptiva de los jugadores.
Leer (percibir) o entender el juego es valorar la capacidad que tiene un jugador de elegir en cada momento la acción más beneficiosa para su equipo.