- Conclusiones(ver artículo: Tienes el hocico atascado de razón, entrenador)
Combinando algunos avances científicos de los últimos años podemos crear un nuevo grupo de cognición del conocimiento-acción que pueden utilizar los entrenadores para ayudar a sus jugadores para mejorar sus habilidades de toma de decisión.
El primer fundamento viene de la psicología cognitiva y la perspectiva de los límites dirigidos de la coordinación motriz. El segundo fundamento viene de la investigación de la mirada que no solamente revela que es lo que ven los jugadores cuando actúan, sino que también las decisiones que toman son la base de sus niveles más altos de ejecución.
Una mirada en especial, llamada la mirada tranquila (ojo tranquilo), es el foco central de la atención utilizado por los jugadores y para las habilidades de toma de decisión.
El tercer fundamento viene de la investigación del aprendizaje motor y muestra que se necesita el entrenamiento cognitivo para asegurar la retención a largo plazo y trasladarlo a las habilidades deportivas. No solamente los jugadores necesitan entrenarse con métodos tradicionales del comportamiento, sino que al mismo tiempo también necesitan una medida igual del entrenamiento de la decisión, que demuestra que la actuación puede mejorarse significativamente cuando se utiliza el entrenamiento de la decisión de la mirada tranquila.
Finalmente asumir que el futbol sala como deporte de equipo poseen una gran complejidad y tenemos la necesidad de apostar por herramientas que reconozcan esa complicación y nos hagan reconocer la multicausalidad de los factores que definen el rendimiento.
- Rendimiento deportivo en el fútbol sala
Es frecuente valorar el rendimiento al conjunto de exigencias que se establecen cada uno, así mismo también, como la superación más eficaz o mejor posible de una tarea. Generalmente en el deporte, se considera rendimiento al proceso de una acción dentro del juego o bien al conjunto de resultados de acciones, realizaciones o procesos dentro del contexto del entrenamiento o de la competición.
En el transcurso de un partido, que significado podemos dar al resultado del encuentro en el rendimiento de jugadores, fases del juego, o equipos participantes. ¿Qué valoración se puede dar a un jugador al comentar: ¡Qué gran jugador es el núm. 9!? ¿Siempre juega bien? ¿Siempre destaca en el equipo? ¿En base a que juega muy bien? ¿En qué medida depende del equipo o bien el equipo depende de él?. No cabe duda que abordar el rendimiento en el fútbol sala resulta enormemente complicado.
Por tanto, conocer el rendimiento de los equipos de Fútbol-Sala, siempre nos llevara al problema básico de determinar los aspectos deportivos del rendimiento, como:
- Dimensión del rendimiento
Determinar la dimensión del rendimiento, bajo unas reflexiones previas respecto a la estructura del mismo.
- El rendimiento global en el juego teniendo en cuenta:
- Todos los participantes(jugadores, técnicos, árbitros, etc.)
- Tipo e importancia del
- El rendimiento en equipo de cada uno de los dos participantes.
- El rendimiento de acciones diferentes del juego (defensa/ataque).
- Los rendimientos individuales de los jugadores participantes.
- Estas dimensiones deben compararse y analizar dentro de:
- Un partido determinado.
- Una serie de partidos (p. ej. 6-8 partidos).
- En una temporada.
- Evitar determinar prioridades o valoraciones de estructuras jerárquicas
Determinar un catálogo de prioridades o estructuras jerárquicas del rendimiento, es caer en el error de tener una perspectiva parcial y contraria con los ejemplos prácticos o generalizados.
- Es necesario conocer todos los factores del rendimiento, analizarlos correctamente y valorarlos solo en situaciones generalizables y evidentes
Es habitual en los deportes de equipo, la valoración del rendimiento del jugador para el rendimiento global de un equipo, de una manera crítica, utilizando como medida de valoración las afirmaciones de Cwalina (1980), estas se clasifican de la siguiente forma:
- El rendimiento deportivo de un jugador del equipo es el resultado del tipo y de la frecuencia de las acciones realizadas en el marco de la competición.
- El concepto de juego del fútbol sala exige del jugador conseguir éxitos para el propio equipo y evitarlos al oponente. Por ello, el valor jerárquico de una acción de juego depende de su consecución o de la posibilidad de impedirla. Esto tiene como consecuencia:
- Las acciones de un jugador se distinguen entre acciones positivas(favorables para su equipo) y negativas (desfavorables para su equipo).
- Cuanto más contribuya una acción a una modificación(potencial) de la situación del partido, más elevado será su valor jerárquico positivo o negativo. Las acciones de juego que provocan un cambio en el marcador tienen el máximo valor jerárquico positivo o negativo.
- El rango de cada acción y la distancia entre cada rango determinan el valor de esta para el partido (que se expresa en forma numérica).
- Las acciones de un jugador son cuantificables entre si según su valor para el juego.
- El rendimiento deportivo de un jugador en el contexto del partido resulta de la suma (la frecuencia) de sus acciones positivas y negativas (cuantificadas según su valor para el juego.
No podemos negar la validez de estos siete puntos, si lo aplicamos al análisis de la estructura de un solo partido. Pero su interpretación será criticable si se aplica a la observación de un partido, sumando solo puntos positivos y negativos por acciones aisladas, separadas de su contexto real del rendimiento y basadas con el apoyo único de criterios como la frecuencia y el valor (aparente).
La clasificación de acciones en valores jerárquicos es extremadamente peligrosa, sobre todo en niveles de alta competición, porque justamente en estas situaciones, es indispensable que las acciones más simples del juego (fundamentos), se dominen al cien por cien, sobre todo en las situaciones de estrés de la competición.
Existen otras afirmaciones con respecto al Rendimiento, como la de Hagedorn (1972), – El rendimiento en los deportes de equipo (Fútbol-sala) depende siempre de una situación. Esta determinado esencialmente, entre otros, por el rendimiento de la variable perturbadora «contrincante«. Los radios de acción contrarios de ambos equipos rivales son los que crean la situación del rendimiento.
Según esto, todos los componentes del rendimiento dependen de las acciones de los diferentes jugadores dentro del marco social del equipo (Ehrich/Gimpel, 1978).
- La acción deportiva del jugador se puede mejorar por el concepto de la interacción, y tanto el rendimiento individual como el colectivo se pueden presentar intrínseca y extrínsecamente.
- Las capacidades deportivas no solo dependen de factores como la condición física, la coordinación, la fuerza explosiva, etc., sino que se amplían con variables decisivas de tipo colectivo y táctico estratégico….
- Las condiciones externas son por ejemplo las características del campo de juego, ventaja del equipo local, eficacia arbitral, comportamiento de los espectadores, etc.
En cuanto a los componentes para el éxito se pueden diferenciar posiblemente entre expectativa y valoración propias frente a las del grupo sobre el equipo, puesto que las acciones se han de ver en un marco de referencia tanto individual como social. Por ello es posible que el jugador valore su rendimiento personal como un éxito, aunque se considere, sin embargo, el rendimiento de su equipo como un fracaso, al comparar las expectativas con la valoración.
Por ello, también resulta difícil valorar el rendimiento en el juego como un conjunto complejo, debido a la dificultad de determinar un grado de importancia de cada factor, normalmente en estos casos se pueden determinar este grado como <<relativamente bajo>> o <<relativamente elevado>>, puesto que sus efectos pueden interferirse, eliminarse o reforzarse mutuamente.
Finalmente citar, que juicios sobre el rendimiento resultaran a menudo hipotéticos. Es básico, que el entrenador, como las personas con responsabilidad en la dirección de equipos de Fútbol-Sala sepan diferenciar claramente, entre factores reales del rendimiento y factores que influyen en el resultado del partido, sin que tengan relación con el rendimiento. Como tampoco debemos confundir los factores del rendimiento con otros que inciden en el juego o en la eficacia. Por esta razón, y esto es un error, se identifica a menudo el rendimiento con el éxito deportivo. En este contexto, por ejemplo, la victoria de un equipo de División de Honor por un resultado amplio de 13-2 sobre un equipo de Primera Nacional, no implica que haya existido un mayor rendimiento, si lo queremos comparar con una derrota en la Liga de este mismo equipo por 2-3. Tampoco las comparaciones entre rendimiento en diferentes Campeonatos de Liga o otras competiciones son fiables.
De momento, no es posible hacer una valoración exacta, en términos científicos, del complejo rendimiento global por la variedad de la estructura del rendimiento del Fútbol-sala. Pero justamente por esto es de suma importancia para las personas relacionadas con este deporte, el conocimiento de cada factor de rendimiento y las interacciones dinámicas entre ellos.
Un entrenamiento eficiente es el que genera el mayor desarrollo del rendimiento con la menor acumulación de fatiga.
— Jesús Candelas (@Candelasfutsal)
¿Qué diferencia claramente el concepto de rendimiento al de <<éxito>>?.
Para Ehrich/Gimpel (1978), el rendimiento deportivo significa una comparación constante entre el valor previsto y el real. Por ello, el rendimiento alcanzado siempre estará:
- Condicionado a la Capacidad de cada uno.
- Sometido a la valoración propia y de otras personas del Club.
- Influido por las condiciones externas.
- Según Adam (1975),el éxito depende concretamente de:
- El Rendimiento (o bien la acción).
- Su presentación en grupo (tanto intrínseca y extrínseca).
- De la expectativa del grupo.
Finalmente, estos autores llegan a la conclusión de que un rendimiento relativamente bajo se convierte en un gran éxito a través de una presentación aparatosa, e influye en las expectativas del colectivo que desconoce las posibilidades deportivas y las condiciones externas; o, por otra parte, un gran rendimiento no tiene éxito cuando no es aparatoso y cuando las expectativas del entorno social no concuerdan.
El entrenador o persona experta debe tener muy claro que la realidad de un partido entre equipos del mismo potencial apenas se podrá prever, ni mucho menos programar, con respecto a todos los factores del rendimiento. Solo en determinados ámbitos parciales se podrá planificar, incluso el posterior análisis no responderá totalmente a todas las preguntas. No obstante, el entrenador y el equipo directivo tienen la responsabilidad de coordinar los factores que influyen en el rendimiento para incrementarlo en la medida de lo posible.