Apuntes sobre el entrenamiento individual defensivo en formación

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Apuntes sobre el entrenamiento individual defensivo en formación

¿Qué tipo de defensor se prefiere formar?

 

El requisito previo antes de profundizar en el estudio del entrenamiento individual defensivo es determinar el tipo de defensor que se busca con este entrenamiento. Tener claro que tipo de defensor se pretende formar no supone en absoluto quedarse en una concepción “filosófica” y abstracta puesto que esto, nos remitirá directamente a un tipo de trabajo u otro.

Desde mi perspectiva, el tipo de defensor que debemos intentar formar en las etapas de iniciación y de perfeccionamiento es el siguiente:

1.      Defensores que interpreten el juego

2.      Defensores que se esfuercen

3.      Defensores que realicen las acciones técnicas básicas con un nivel aceptable (iniciación) y específicas (perfeccionamiento)

4.      Defensores con iniciativa, capaces de anticiparse

5.      Defensores capaces de ajustar su intervención a las circunstancias presentes y de no repetir siempre la misma acción

6.      Defensores seguros en sus intervenciones

 

Si analizamos las exigencias que demandamos al defensor tipo que se pretende formar, veremos que de los seis puntos expuestos, uno hace mención a los factores actitudinales, uno a la ejecución de las acciones técnicas, tres a la interpretación, discriminación del juego y al ajuste de las respuestas y finalmente uno a una exigencia mixta (ser seguro implica varios de los factores anteriores).

La cuestión ahora es determinar cómo se llega a formar a un jugador de estas características, y cuál es el tipo de trabajo que se le debe administrar. Veamos algunos de los elementos claves en este proceso.

1. LA CUESTIÓN DEL ENTRENAMIENTO DE LA EJECUCIÓN TÉCNICA

El entrenamiento de los aspectos relacionados con la ejecución técnica es uno de los asuntos de frecuente debate en las charlas sobre la formación individual defensiva.

Si el defensor que intentamos formar es el descrito anteriormente, ¿Qué ejercicios los que van a facilitar este comportamiento?

Si seleccionamos ejercicios que creo son de uso frecuente con jugadores en formación cuando se pretende entrenar los desplazamientos defensivos y la posición de base, Creo que todos coincidiremos en señalar que los ejercicios de este estilo ignoran completamente la intencionalidad en la acción, y si lo que nosotros pretendemos es que el jugador interprete el juego, parece que no será muy acertado basar el trabajo defensivos en ejercicios donde no se debe discriminar nada (no obstante, dejaremos para más adelante la cuestión de la intencionalidad táctica).

Pero si quisiéramos entrenar únicamente los aspectos relacionados con la ejecución técnica, ¿qué tipo de ejercicios serán los que deberían predominar en nuestros entrenamientos?

En síntesis, es necesario resaltar la importancia de los patrones técnicos de base entendidos más como orientaciones para la ejecución que como acciones sin posibilidad de cambio alguno.

El entrenador mediante el estudio del juego, deberá estructurar en sus entrenamientos las variaciones que los patrones técnico-tácticos defensivos pueden presentar para conseguir de sus jugadores respuestas flexibles y adaptadas a la realidad del juego.

2. LA CUESTIÓN DE LA INTENCIONALIDAD EN LAS ACCIONES DEFENSIVAS

Desde nuestra perspectiva, este es el elemento de mayor dificultad en el entrenamiento individual defensivo junto con el trabajo de la anticipación y la iniciativa defensiva y sin duda, donde la metodología debe hacer un mayor hincapié para asegurar una correcta formación defensiva.

Es frecuente en el entrenamiento individual defensivo el uso de ejercicios sobre contenidos individuales defensivos aislados, carentes de intencionalidad alguna.

Para clarificar esta cuestión me gustaría que pensáramos por un momento para qué utilizan los defensores una u otra posición de base defensiva (siempre que asumamos que hay varias posibles posiciones de base defensivas).

Desde luego, no parece lógico (al menos si queremos conseguir el defensor descrito en la parte inicial del blog) que el defensor utilice la misma posición de base frente a un zurdo que frente a un diestro, si quiere provocar una acción en el atacante o no, si existe colaboración defensiva en una zona o no. Espero que compartamos igualmente que estos diferentes contextos sugieren al defensor el empleo de una u otra posición de base y orientación defensiva, entonces… ¿Cómo esperamos que el defensor discrimine todo esto?, desde luego el único medio es entrenándole para ello y variando estos y otros elementos que le permitan identificar qué tiene que hacer en cada uno de esos contextos.

De esta forma, si analizamos cuáles son las variables que condicionan el empleo de una u otra posición de base defensiva, encontraremos la respuesta a la pregunta de cómo entrenar este contenido técnico junto a su intencionalidad táctica correspondiente:

§  La dominancia lateral del jugador ofensivo al que hay que defender (diestro o zurdo).

§  El puesto específico defensivo.

§  La profundidad defensiva. No será igual defender en 9m. que hacerlo en 15m.

§  La respuesta que se quiera generar en el atacante. Si la intención del defensor es llevar al atacante hacia el punto débil el defensor deberá necesariamente ajustar su posición de base.

§  El conocimiento del atacante. Todos los jugadores tienen unas acciones mejores que otras, conocer esto posibilitará emplear una posición de base que dificulte las mejores acciones del rival.

§  La colaboración que pueda tener de otro/s compañeros. Si el defensor sabe que tiene la ayuda de un compañero en la izquierda o en la derecha podrá emplear una posición de base para llevar al atacante a esa zona (contra el compañero).

§  El conocimiento de sus propias características. Es absurdo pedirle a todos

los jugadores el mismo tipo de comportamiento en el trabajo individual.

1.      Enseñar al jugador a explotar sus puntos fuertes será una de las obligaciones del entrenador.

2.      Respecto a la posición de base no será igual ser un jugador rápido que uno lento, a cada uno le favorecerá una u otra posición de base y eso debe aprenderlo en el entrenamiento.

3.      La repetición de un gesto técnico sin la comprensión de su intencionalidad táctica no tiene sentido.

 

Aquí tenemos un buen número de factores para empezar a diseñar nuestros entrenamientos en torno a la posición de base, más que emplear ejercicios en los que los jugadores repiten una posición de base sin entender para qué sirve o para qué puede utilizase. ¡¡ ATENCIÓN A LA IMITACIÓN DE TAREAS SIN COMPRENSIÓN!!

– todos los ejercicios sirven para algo, quizá para explicarle al niño en un primer momento qué es la posición de base, o si el jugador no es capaz de partir de una posición de equilibrio en las acciones defensivas es posible su utilización puntual, pero de ahí a que estos ejercicios sean los cimientos del trabajo defensivo de los jóvenes no parece que sea razonable -.

Otra pregunta que se ha repetido con frecuencia ha sido la de: ¿Qué tipo de ejercicios se deberían emplear en la formación individual defensiva?

Respecto a esto, creo que no hay que tratar de “inventar” grandes ejercicios, nos servirían las clásicas situaciones de 1×1, 1×2, 2×1 ó 2×2 en diferentes espacios (y con distintas posibilidades reglamentarias para los atacantes) en las que exijamos a los jugadores que utilicen una u otra acción defensiva (posición de base, marcaje en proximidad, etc.) en función de las variables que antes se han señalado.

Traducido al entrenamiento, consistiría en proponer pequeños objetivos (llevar al atacante a un espacio, colaborar con un compañero para ofrecer o cerrar un espacio, realizar un marcaje en proximidad, falsear una acción para realizar otra, etc.) y preguntar al defensor si los contenidos defensivos que utiliza se ajustan al objetivo del ejercicio.

Para ello, basta con insistir a los jugadores en las tareas defensivas del mismo modo que en las tareas ofensivas, en las que siempre perseguimos que el jugador tenga una intencionalidad en la acción. De esta forma, pueden emplearse los ejercicios habituales con oposición pero obligando al jugador a que tenga un criterio a la hora de situarse en una u otra posición de base u orientación defensiva (por ejemplo).

Para finalizar este pequeño apartado destinado a la construcción de ejercicios defensivos, e intentando no extenderme por lo limitado de este trabajo, hay un elemento que me preocupa especialmente en el entrenamiento individual defensivo con los jóvenes. Creo se está tratando de entrenar los contenidos individuales de forma muy aislada, es decir: un ejercicio para la posición de base, un ejercicio para los desplazamientos, un ejercicio para el blocaje, etc.

Concebir el trabajo individual de esta forma es peligroso, ya que la posición de base o los desplazamientos siempre se utilizan en el juego real para hacer algo posteriormente: se parte de una posición de base para interceptar el balón, se parte de una posición de base para hacer un marcaje en proximidad, se realiza un desplazamiento para hacer una ayuda, etc.

Quiere esto decir que la posición de base o un desplazamiento defensivo en sí mismos tienen poco sentido, por tanto, si los contenidos individuales defensivos aparecen siempre asociados ¿por qué no planteamos ejercicios en los que se reproduzcan esas asociaciones o encadenamientos?

Descripción de un ejercicio p.e.: 1×1 en un espacio limitado y distintas zonas del campo. El defensor deberá ofrecer un espacio u otro al atacante en función de la zona en la que se juegue.

Objetivos:

§  Identificar qué posición de base defensiva favorece a los defensores en distintos espacios.

§  Identificar las opciones defensivas más favorables en ese espacio (marcaje en proximidad, blocaje ante la imposibilidad de contactar con el defensor, etc.).

§  Intentar llevar al atacante a zonas de chut con poco ángulo de tiro.

 

3. LA CUESTIÓN DE LA CONTUNDENCIA DEFENSIVA

Sin lugar a dudas el aspecto que más controversia ha generado en el planteamiento de este tipo de trabajo ha sido el de la contundencia defensiva.

Nuestra postura en este asunto es muy clara: si la única opción posible para ser eficaz en las tareas defensivas es realizar un marcaje en proximidad con robo de balón, esa es la acción que debe hacer el defensor. Pero… ¿las situaciones del juego real te obligan siempre a tener que robar el balón ¿puede trabajar el defensor previamente para intentar poner en apuros al atacante y provocar su error en el pase o conducción?

Igual que defendemos lo dicho anteriormente (realizar robo de balón cuando sea necesario) también defendemos que hay que entrenar al defensor para que discrimine cuándo no hay robo de balón y sino hace esto, deberemos enseñarle a que valore que otras acciones puede realizar. Pensemos en un pequeño ejemplo en el juego real: un defensor en un partido debe jugar diez veces una situación de uno contra uno. De estas diez veces en dos ocasiones tiene que hacer robo de balón después de haber intentado que el atacante cometa algún error ¿qué hace en las otras ocho? Desde luego, no pretenderemos que si lo único que hemos trabajado con ese jugador es a que haga robo de balón, va a ser capaz ahora de discriminar de esas diez acciones las ocho en las que debe hacer otra cosa.

Si los jugadores son capaces de discriminar estas situaciones ventajosas y aprovecharlas, puede que estemos hablando de recuperar en todo el partido cinco o seis balones, quizá los necesarios para ganar ese partido.

De igual forma, es difícil plantear a un defensor que puede hacer otras acciones diferentes al robo del balón si el rol de partida que le propone el entrenador es a la espera del atacante y completamente pasivo respecto al juego uno contra uno. A esto si que nos oponemos radicalmente, ya que creemos que el papel del defensor no es evitar que el atacante le engañe sino ser él el que intenta engañar al atacante para provocar el error ofensivo (y si no puede conseguirse siempre tiene luego la opción del robo del balón a la que ya hemos dicho que no puede renunciarse).

Somos conscientes, debido a la estructura espacial de nuestro deporte, que con un determinado tipo de jugadores jugar a la espera sin tomar riesgo defensivo alguno y amparado en situaciones de contacto puede suponer ser eficaz en defensa.

Como siempre, el entrenador deberá posicionarse sobre qué estilo defensivo quiere implantar en su equipo y mediante qué tipo de entrenamiento va a lograr que sus jugadores desarrollen los sistemas defensivos correspondientes, en nuestro caso, ya nos hemos posicionado.

4. LA CUESTIÓN DE LAS DEFENSAS ABIERTAS

Una última cuestión recurrente cuando se habla de estos asuntos es si lo que aquí se plantea está destinado al trabajo exclusivo de las defensas abiertas, o si se deberían realizar más o menos defensas abiertas.

Es preciso recordar e insistir aquí que estamos hablando de formación individual defensiva y que nunca hemos relacionado este tipo de entrenamiento exclusivamente con las defensas abiertas o cerradas.

De esta forma, el aspecto clave en la discusión debe ser: formemos a los jugadores técnica y tácticamente en defensa y luego que cada entrenador lo aplique al sistema defensivo que considere más conveniente para su equipo, ya que todo esto de lo que hemos hablado en absoluto es incompatible con el uso de defensas cerradas (y así lo están manifestando algunos equipos de alto nivel en los últimos años).

Por esto, al hablar de formación individual defensiva el debate no debe desviarse hacia qué sistema defensivo debe emplearse, sino hacia qué modelo de trabajo individual vamos a proporcionar a los jugadores y qué posibilidades defensivas tienen los jugadores cuando entrenan bajo una u otra concepción.

De esta forma, lejos de intentar cambiar el elemento de discusión al uso o no de las defensas abiertas (esa será otra cuestión), creo que el intercambio de opiniones debe centrarse en identificar cuál es la mejor manera posible de formar individualmente a los jugadores, siendo conscientes que con ese bagaje van a tener que defender distintos sistemas defensivos.

Espero que el debate no se cierre aquí y que entre todos, sigamos avanzando en el estudio de este apasionante aspecto del juego.

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