La continuidad del juego ofensivo

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La continuidad del juego ofensivo

Si reflexiono sobre cuál es el aspecto del futsal que más he oído comentar en los últimos tiempos, éste sería sin duda alguna el de la continuidad del juego ofensivo.

Es una fase del juego necesaria, por ello los entrenadores de alto nivel deberíamos incluirla en nuestros clinics, los más modestos la deben relucir en sus conversaciones con otros compañeros y, al fin, todos la reclamamos, muchas veces desesperadamente, desde los banquillos.

Sin embargo tenemos la sensación colectiva de que no avanzamos suficientemente en este terreno. Infinidad de veces he oído señalar la falta de continuidad en el ataque como el defecto más característico del Futsal. Yo también comparto en cierta forma esta opinión, creo que, aunque en los últimos años en general se ha mejorado el juego colectivo, aún se debe avanzar por este camino.

§  La importancia del sentido colectivo del juego ofensivo

Es evidente que se puede conseguir muchos goles a través de acciones de manifiesto carácter individual. De hecho, vemos algunos equipos que consiguen victorias importantes jugando en ataque sin mucho sentido colectivo, basándose más en las capacidades de 1×1 o chut de los jugadores que en la elaboración conjunta de las situaciones de ventaja para crear finalización o superioridad numérica.

§  ¿Es realmente necesaria tanta elaboración?

A veces, viendo ciertos partidos, parece que todo es sencillo, que basta contener un par de buenos chutadores, algún jugador hábil en 1×1 , o dos jugadores que se entiendan para resolver el ataque posicional con éxito.

§  ¿Por qué darle más vueltas?

Sin embargo, esto sólo es útil cuando la superioridad individual de los jugadores es evidente. Cuando deben afrontarse a partidos contra rivales iguales o superiores, la puesta en escena de recursos individuales ya no es suficiente, entonces sólo los equipos que son capaces de “fabricar” situaciones favorables de finalización a través del trabajo coordinado de todos los jugadores que están en cancha están capacitados para rentabilizar adecuadamente esta fase del juego.

Así vemos equipos que ganan con facilidad muchos encuentros y, sin embargo, parecen tener una barrera invisible que les impide superar los partidos transcendentes, cuando se enfrentan a los equipos de nivel parecido al suyo. Esa barrera que no vemos, en muchos casos está relacionada con la deficiente elaboración del ataque.

Cuando no se puede imponer la superioridad individual, y no se tienen recursos colectivos de ataque, el rendimiento baja tanto en esta fase del juego posicional que es difícil equilibrar el partido.

El futsal es un deporte colectivo, y solo agotando sus posibilidades colectivas podemos pensar que estamos jugando razonablemente bien.

§  La continuidad…

¿Por qué las situaciones de superioridad numérica o de finalización que no logramos alcanzar a través de acciones individuales se pueden conseguir rentabilizando el juego colectivo?

La respuesta es sencilla: una acción individual de ataque que genera peligro para la portería rival obliga, para ser neutralizada, a una intervención de los defensores que, en principio, modifica la situación defensiva de origen. La nueva situación puede presentar dos tipos de ventaja para los atacantes:

§  Superioridad numérica ofensiva en alguna parte de la zona eficaz

§  Ampliación del espacio de maniobra libre de marcaje en alguna parte de la zona eficaz

Si se consigue una de estas ventajas, o las dos, la siguiente intervención ofensiva tiene más posibilidades de éxito siempre que el juego se oriente hacia las zonas donde mejoraron las posibilidades del ataque.

Si aun así la situación no es suficientemente ventajosa como para lograr una finalización con garantías de gol, es posible que se consiga un mayor desequilibrio defensivo. De esta forma, acumulando pequeñas ventajas se puede llegar a una situación realmente favorable.

Para esto, el juego colectivo debe canalizarse adecuadamente para capitalizar las ventajas que se van obteniendo antes de que los defensores logren gestionarlas a su favor.

El encadenamiento inteligente de acciones puede llevarnos a conseguir lo que no podemos lograr individualmente.

De esta forma la palabra continuidad pasa a ser la clave para sacar rendimiento al juego colectivo de ataque posicional. Claro que la continuidad por sí misma no significa nada, se puede jugar con mucha continuidad y, sin embargo, ser muy ineficaz.

La continuidad para ser rentable debe cumplir las siguientes condiciones:

§   Cada acción debe aumentar, o al menos mantener, la ventaja lograda por las acciones precedentes.

§  Hay que mantener la continuidad hasta lograr una ventaja suficiente, evitando forzar las situaciones dudosas.

§  Las acciones se deben encadenar con suficiente rapidez para evitar la amortización defensiva de las ventajas obtenidas.

§  En la medida de lo posible, deben ser sorpresivas para los defensores, dificultando al máximo la capacidad de anticipación.

Es preciso destacar que la continuidad está íntimamente relacionada con el movimiento colectivo del balón.

Sólo con el balón se puede conseguir gol y, en consecuencia, la situación del balón marca la zona de peligro inminente. Si los defensores logran cortar o condicionar el movimiento de balón conseguirán romper la continuidad del ataque.

§  Una aproximación al problema

No todos los jugadores están preparados para sacar partido en ataque al juego colectivo. En realidad, muchos deben aprender a actuar de acuerdo con las exigencias que el juego en continuidad plantea. Para hacer una aproximación práctica al problema de la continuidad no me perderé en cada uno de los detalles que podrían contribuir a mejorar la continuidad ofensiva.

Se puede sintetizar esto en los cuatro puntos siguientes:

1.    Las acciones individuales de ataque, (sobre todo en posesión del balón) son excesivamente largas (mucha conducción, mucho tiempo, muchos gestos) o, por el contrario, son cortas pero no crean peligro.  Esto les concede muchas posibilidades a las defensas para amortizar los errores y para adaptarse. Los jugadores deben adquirir la capacidad de crear mucho peligro empleando “poco tiempo, pocas conducciones y los gestos justos”, la calidad de las fijaciones está muy relacionada con este criterio, ya que es lo que permite a los atacantes acumular ventajas al dificultar la adaptación de las defensas.

2.     Los atacantes son capaces de controlar el entorno próximo pero tienen dificultades para controlar simultáneamente el resto de elementos del juego. Así la continuidad no se realiza muchas veces en el sentido más rentable para el equipo atacante. Mejorar la capacidad perceptiva de los jugadores y el tratamiento global de la información captada es básico para lograr un ataque más fluido.

3.     Los jugadores buscan rápidamente una acción decisiva (chut, finta (1×1), pase al pivote) con lo que provocan muchas finalizaciones forzadas e ineficaces, pérdidas de balón y faltas de los defensores que rompen la continuidad del ataque. Se debe jugar, por el contrario, valorando adecuadamente los riesgos y evitando las faltas “a favor” que sólo favorecen los intereses defensivos.

4.    No se emplea la circulación colectiva de balón como arma para desequilibrar la defensa; se confía en las acciones individuales de los jugadores como recurso principal para crear peligro. Sin embargo, la utilización adecuada del movimiento de balón (cambios sorpresivos de dirección en el pase, pases inesperados a zonas lejanas, cambios en el ritmo de la circulación) produce muchos desequilibrios defensivos que pueden ser aprovechados colectivamente por el ataque.

¿Qué sería mejor para la continuidad?

§  Crear peligro con pocos toques y pocos gestos.

§  Percepción de toda la zona eficaz y tratamiento global de la información.

§  Se deben valorar los riesgos y evitar las faltas a favor que rompen la continuidad.

§  Emplear el movimiento colectivo de balón para desequilibrar.

Cómo se actúa…

El objetivo fundamental, como ya he señalado, será el de conseguir que, en las acciones con balón, los jugadores sean capaces de crear mucho peligro en acciones muy cortas, evitando conceder a la defensa tiempo para la adaptación.

§  El entrenamiento para mejorar la continuidad

De lo expuesto en el apartado anterior es fácilmente deducible que el entrenamiento para mejorar la continuidad en el juego posicional ofensivo debe contemplar tres líneas básicas de actuación, que se corresponden con la corrección de los defectos señalados.

1.- La mejora de las fijaciones

Cualquier jugador con una experiencia normal es capaz de conseguir la fijación de uno o varios oponentes durante el juego, sin embargo, no todos son capaces de rentabilizarlas adecuadamente.

Para que las fijaciones contribuyan más eficazmente al juego colectivo el entrenamiento se debe orientar según las pautas siguientes:

§  La mayoría de las acciones con balón no se alargan por problemas exclusivamente técnicos, la raíz del problema suele ser de carácter perceptivo.

§  El trabajo técnico será inútil si no lo acompañamos del correspondiente entrenamiento de mejora de la captación y tratamiento de la información en el juego.

Cuando vemos un jugador que recibe el balón casi parado, conduce o controla el balón antes de emprender una acción ofensiva y luego necesita dos o tres toques para intentar atacar la portería contraria, lo que sucede en realidad es que está “pidiendo tiempo” para captar y tratar la información que le permita actuar.

Así muchas veces hablamos de jugadores que en “el entrenamiento dominan las acciones con uno o dos toques pero cuando llegan a la competición siempre necesitan muchos toques para actuar”.

No encontramos explicación para esta circunstancia e insistimos en el trabajo técnico o en último lugar aceptamos esta forma de juego de manera fatalista, como si no hubiese solución.

2.- La mejora técnica

§  Dominio, en posesión de balón, de las acciones con un toque o dos máximo

§  Mantenimiento de la orientación de los pies hacia portería en las acciones de ataque con balón

§  Eliminación de gestos superfluos  (en los movimientos de manejo de balón)

§  Utilización predominante  en el ataque posicional de los pases con pierna dominante  (sobre todo por parte de los jugadores que juegan cerca del eje.) Este tipo de pases son los únicos que nos permiten atacar simultáneamente a portería, por la posibilidad de finalización inmediata que nos proporcionan y, en consecuencia, dan más capacidad de fijación.

 3.- Mejora perceptiva

§  Introducir, en los trabajos dedicados a la mejora de la calidad de las fijaciones, exigencias perceptivas según los criterios que expuse en el artículo La memoria perceptiva (Próxima publicación en esta sección)

 

La mejora técnica no es suficiente por sí misma…

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