Dice un proverbio sueco que:
“La preocupación otorga una sombra grande a algo pequeño”
Y probablemente, en la mayoría de las ocasiones, así sea.
La mayoría de entrenador@s cuando tenemos que enfrentarnos a una competición sentimos en mayor o menor grado algún tipo de tensión y responsabilidad que conlleva y entraña una preocupación, esta puede aparecer tanto en la dirección táctica del jugador, el anuncio del cinco inicial y en la gestión de cambios durante la competición, donde se pueden transformar en algo muy negativo que va a influir en nuestra capacidad de ayudar al rendimiento deportivo del equipo.
- Dirección táctica del jugador
Durante el partido los entrenadores tenemos muy pocas posibilidades de influir en los jugadores y en sus rendimientos. Solo en los descansos, tiempos muertos o en los cambios y mediante gritos ocasionales podemos dirigir el comportamiento táctico de los jugadores. Por esto, los entrenadores nos dedicamos antes del partido a dar a los jugadores todas las informaciones que necesitan para tener éxito. Para ello utilizamos la conversación individual y la reunión del equipo.
- Anuncio de la alineación del equipo
A menudo, al entrenador le preocupa mucho el momento de hacer público el cinco inicial del equipo. Algunos entrenadores lo deciden con precipitación, por ejemplo anunciándolo inmediatamente después de un partido malo: “Este partido tendrá sus consecuencias, algunos no están al nivel exigible”. ¡Qué desagradable cuando no pueda mantener esta medida de fuerza por falta de jugadores! A menudo se da el cinco inicial por principio durante la reunión del equipo después del último entrenamiento.
Otros entrenadores mantienen la alineación como un secreto personal hasta el día del partido y otros informan a los jugadores pocos minutos antes del inicio del encuentro.
En todos los casos se debería mantener como mínimo el orden cronológico de publicación: primero, hablar siempre con los jugadores y luego directivos, continuando con la prensa y otros grupos de interés. Los jugadores consideran como un abuso de confianza el enterarse a través de terceros. Tampoco aceptaran normalmente que el entrenador decida muy pronto un equipo y luego lo vuelva a cambiar durante la semana.
Anunciar precipitadamente es aceptar el peligro de que un jugador se ponga enfermo o se lesione en el entrenamiento, o que el entrenador tienda a otra formación del cinco inicial diferente a la anunciada, basada en las observaciones de los entrenamientos. Lo que se consigue entonces es que uno o varios de los jugadores que en un principio estaban en el cinco inicial posteriormente se sientan excluidos del núcleo de los elegidos del equipo.
Normalmente, lo mejor es anunciar el cinco inicial durante la reunión del equipo después del último entrenamiento.
A veces no se informa a la prensa, al público y sobre todo al equipo contrario del cinco inicial hasta el inicio del partido por razones tácticas. Esto deberían ser verdaderas excepciones.
El entrenador no solo puede ganarse con ello el apodo de “listillo”, sino que también puede perder parte de su credibilidad. Además, le quedan suficientes posibilidades para sorprender a través de la táctica de su equipo, como con los cambios del resto de jugadores.
- Cambios de jugadores durante el partido
Actualmente el reglamento permite convocar 12 jugadores para la formación del equipo. Durante un partido se pueden hacer todos los cambios libres y con ello el entrenador puede disponer de muchos cambios tácticos. La posibilidad de cambiar jugadores tiene ventajas e inconvenientes.
Inconvenientes:
- los jugadores que no llegan a jugar están disgustados;
- los jugadores sustituidosen algunos casos se sienten molestos;
- el entrenador tiene problemas porque los cambios pueden ser criticados,al no entenderlos tanto por jugadores, directiva o el público.
Ventajas:
- un jugador lesionadose puede cambiar;
- un jugador que acaba de recuperarsede una lesión puede ser utilizado antes y con menor riesgo;
- un jugador jovenpuede ser promovido con precauciones;
- un jugador claramente bajode condición física y de forma se puede cambiar;
- la tácticapropia se puede modificar;
- se puede aumentaro mantener la intensidad en el juego de ataque o defensa del equipo independientemente del marcador;
- un jugador que no sigue las instruccionestácticas puede ser cambiado;
- un jugador puede ser protegidofrente una posible expulsión;
El entrenador debe evitar el hablar de un cinco idóneo. Al contrario, tiene que concienciar a sus jugadores de que el equipo no solo se compone de cinco jugadores. A lo largo de una temporada a menudo son la calidad y la disposición del resto de jugadores lo que decide el campeonato.
Los espectadores y medios de comunicación miden la calidad del entrenador también por su táctica en los cambios. En este contexto, la suerte y la sensibilidad del entrenador cuando realiza los cambios a menudo son igual de importantes que sus conocimientos profesionales.
Por darle un enfoque diferente a la preocupación, recuerdo que leí hace tiempo un artículo de Fernando Botella en su blog donde exponía: La preocupación no es más que una cavilación excesiva de un hecho que nos altera o puede alterarnos el bienestar de una forma parcial o total. También es llamada en psicología como “pensamiento recurrente”. Se trata de largas cadenas de pensamientos negativos, generalmente acerca de uno mismo, o sobre elementos externos que te harán más vulnerable.
Hay que tener muy en cuenta que el 90% de los pensamientos que tenemos a lo largo del día nacen de una predicción asociada a una preocupación, de los cuales el 99% nunca llega a suceder. Si una persona tiene 70.000 pensamientos al día. La pregunta sería cuántos se dan en una competición y entre tanta variedad, ¿cómo es posible que tomemos decisiones y que, además, sean acertadas?
Así como el miedo es normal hasta cierto punto, siempre que sea real, no un sentimiento tóxico del mismo, paralizante, la preocupación en exceso puede suponer un obstáculo a nuestros deseos (dirección del partido), porque las ideas generadoras de preocupación. Te apartan de lo que en realidad está ocurriendo.
Como decía W.Koch:
“La preocupación es como una mecedora: te permite moverte,
pero no te lleva a ningún sitio“
La pregunta creativa esencial, responsable en gran medida de los entrenadores en la competición, siempre es: “¿Qué pasaría si…? “ Pero esta misma pregunta, llevada al exceso y con respuestas de guión negativo nos vuelve ansiosos. Con mucha frecuencia lo que pensamos es imposible averiguar si es verdadero o falso.
A mí personalmente el verbo en condicional me molesta. En mi opinión no lo necesitamos porque provoca postergación, victimismo. Cuando por ejemplo decimos “si yo tuviera esos jugadores…” para justificar que no podemos hacer más con los recursos propios, nos deja tranquilos, nos pone en posición de queja. Me interesa mucho más el presente de indicativo o el infinitivo porque son formas verbales que me accionan.
Al parecer, los entrenadores nos preocupamos porque pensamos que la preocupación nos ayuda, pero la preocupación supone un problema en sí misma.
Termino estos apuntes con una premisa inicial nos dice que no somos capaces de predecir el futuro, entonces, ¿por qué no imaginar las cosas positivas que, tal vez, ocurran en lugar de las negativas?
Para competir con la menor preocupación posible lo mejor es empezar a aprender que el futuro, por definición, es incierto.
La incertidumbre es un hecho inherente al fútbol sala.
Nuestro conocimiento del estado de las cosas y nuestra imaginación para presuponer alternativas de actos viables padece la limitación de la incertidumbre. Nunca lo sabemos todo, nunca estamos seguros de saber lo suficiente o de no ignorar lo más importante: lo único que siempre podemos prever con absoluta certeza es el acecho de lo imprevisible...